¿Qué competencias requiere un abogado?

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Cuando entramos en la carrera, debemos confesar que todos queremos ser el nuevo Harvey Specter o protagonizar la serie norteamericana de “The Good Wife”. Miramos con ojitos enamorados la pericia jurídica de Anna Lise Keating. Y es que, sin estos grandes sueños, nunca podríamos ser grandes abogados. Tenemos -y debemos- tener grandes expectativas y, si me permitís, grandes ambiciones, puesto que nos ayudan a encontrar nuestro hueco dentro del mundo profesional del Derecho. Pero claro, la carrera y el máster es duro y, habitualmente tenemos dudas y no sabemos cómo convertirnos en nuestra mejor versión jurídica. O, dicho de otro modo, llegar a ser el abogado de reputado prestigio que deseamos.

Para poder cumplir nuestros sueños y convertirnos en el mejor abogado del mundo, nos hacen falta una serie de competencias, tanto profesionales como personales, que, seguidamente pasamos a relatar.

¿Qué competencias requiere un abogado?

LOS CONOCIMIENTOS TÉCNICOS

Si esta es una competencia necesaria en cualquier profesión, puede que sea todavía más importante en un abogado ya que en muchos casos es una profesión en la que entra en juego la defensa de bienes esenciales como la libertad o la propiedad de nuestros clientes. Además, nos debemos a un Código Deontológico que no debemos vulnerar sin ninguna excepción y, para ello, requerimos de grandes conocimientos teóricos. Sin duda alguna, necesitamos saber las normas de derecho existente, siendo éstas el derecho positivo, la doctrina y jurisprudencia.

Además, ser un buen abogado implica la actualización permanente en el conocimiento de las normas de derecho existente. Así cómo también la capacidad para captar el problema jurídico, que implica una situación controvertida y habilidad para defender al cliente.

LOS IDIOMAS

Esta competencia podríamos decir que también cada día es más importante en cualquier sector y en cualquier profesión. No obstante, la abogacía es una profesión que se ejerce hablando o escribiendo y, justamente por ello, es necesario podernos comunicar con tantas lenguas podamos.

Igualmente, para un abogado, las lenguas que deba dominar se verán dependidas por la rama del derecho que quiera especializarse. No obstante, en cualquier caso, el inglés es una competencia que se da casi por adquirida a la hora de ejercer. Ahora bien, si el abogado se va a dedicar al derecho internacional, aparte del inglés será necesario que aprenda otros idiomas de la Unión Europea o de fuera de la misma.

LA EMPATÍA Y LA CAPACIDAD DE COMUNICARNOS

En el caso de un abogado, cuando se acerca al problema de un cliente, es necesario que lo haga de una manera muy profesional, comprensiva y empática. Hay dos maneras de comprender lo que una persona nos está contando. Una es la comprensión intelectual, el oyente se centra en los acontecimientos que tuvieron lugar y la forma en que se alternan. Y la otra es la comprensión empática, aquí enfocamos la atención en cómo nuestro interlocutor está hablando y en los matices emocionales de la narración que proporcionan información sobre el estado de ánimo de la persona que nos habla.

Por tanto, reconocer los sentimientos y emociones de nuestros clientes forma parte del día a día de nuestra profesión.

DOMINAR LA TECNOLOGÍA

De la misma manera que la transformación digital va llegando a las empresas y en nuestro día a día, en el mundo del derecho llega de igual manera. Si bien es cierto que a los nativos digitales parece que se les van a dar mejor las herramientas tecnológicas, no siempre es así. Aplicativos de uso cotidiano por parte de los abogados cómo puede ser LexNet son más difíciles de usar de lo que parece, así que formarse en este aspecto nos va a sacar de muchos problemas. Asimismo, los abogados que nieguen el uso, por ejemplo, de las redes sociales o los nuevos medios de comunicación telemática, deberán hacer su propia transformación digital y, para alcanzar el éxito, dominar todas las herramientas tecnológicas a su alcance.

Hay que considerar también que para aquellos abogados que se dediquen al derecho laboral y tributario, dentro de unos años existirán nuevas profesiones que no existían hasta ahora, así como nuevas situaciones en el mercado laboral muy relacionadas las unas y las otras con las nuevas tecnologías.

No hay que tenerles miedo, hay que quererlas. Las nuevas tecnologías no vienen a sustituir nuestro trabajo, sino a facilitarlo. Cada vez más, la popularización de las videollamadas ha hecho que pequeños abogados autónomos puedan ejercer ya no sólo en su zona territorial, sino tener presencia comercial en todo el Estado.

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SABER NEGOCIAR

La negociación se define como una conversación entre dos o más personas para conseguir un arreglo de intereses divergentes o un acuerdo mutuo. Por tanto, la capacidad de negociación supone una habilidad para crear un ambiente propicio para la colaboración y lograr compromisos duraderos que fortalezcan la relación. Esta competencia implica la capacidad de dirigir y controlar una discusión utilizando técnicas, planificando alternativas para negociar los mejores acuerdos.

En el caso de un abogado es obvio que necesita desarrollar esta habilidad para ejercer su profesión. No voy a exagerar comentando que casi el 90% de las consultas o casos que llegan a un bufete, o bien necesitan por imperativo legal una negociación previa al litigio o bien se pueden solucionar con una buena negociación. Como cita el famoso dicho: más vale un mal acuerdo que un buen juicio.

LA INVESTIGACIÓN

Los mejores abogados saben perfectamente dónde encontrar la norma jurídica que necesitan para aplicarla a un caso concreto: son buenos en la investigación legislativa y de la jurisprudencia. Saber qué aplicativos tenemos para encontrarla y entenderla es primordial. De hecho, en las Universidades, este tipo de formación suele obviarse o darse de una forma muy vaga. Tanto, que después muchos juristas se apuntan a cursos de búsqueda de jurisprudencia dentro de su colegio profesional.

Además, algo importante y que también se obvia de la formación reglada es la investigación los hechos de un caso concreto, de forma minuciosa y detallada, e igualmente, son excelentes a la hora de hacer cuestionarios o realizar entrevistas a las personas involucradas en un caso concreto, ya sea dentro o fuera de la sala de audiencias de un tribunal.

SISTEMAS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

Esta competencia o habilidad está directamente relacionada con la capacidad de negociación. Un buen abogado sabe que un buen método de resolución de conflictos se desarrolla en diferentes pasos. En primer lugar, se deberá definir adecuadamente el conflicto, con ello sabremos si se trata de algo técnico o de tipo más emocional. Seguidamente, deberemos establecer los objetivos y ordenarlos según su importancia.

Deberemos pensar y describir las posibles soluciones al conflicto, así como elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo. Finalmente, se deberá llevar a la práctica la solución elegida y valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el procedimiento para tratar de mejorarlos.

Jurista, no te agobies. Es normal que esta lista te parezca larga e incluso un poco compleja. Seguramente tengas la sensación de que desconoces algunas cosas y que su implementación es complicada. ¡No te preocupes! La mayoría de estas competencias se adquieren con la práctica, lo importante es estar predispuesto a intentarlo. Eso, sin duda, ya es un éxito.

¿Quieres conocer otras competencias que deberás aprender a manejar para ser un buen abogado? ¡Este artículo es para ti! ¿Por qué un abogado debe estudiar marketing?

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